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El Stretching Global Activo (SGA) surge a partir de la Reeducación Postural Global (RPG), con la que comparte sus principios. Fue creado por el fisioterapeuta francés Ph.E. Souchard y consiste en trabajar de manera global las cadenas musculares más retraídas de nuestro cuerpo mediante estiramientos activos (es el propio paciente el que controla la postura e intensidad) para aumentar la longitud y contracción de la musculatura.
Cualquier persona puede realizar SGA ya que es una técnica suave que respeta los límites individuales y que responde a las necesidades particulares de cada persona.
El objetivo del SGA es conseguir una buena estructura corporal, mantener las curvaturas fisiológicas de la columna, mantener los grados de movimiento articulares y conservar las cadenas musculares que tienen tendencia al acortamiento. Esta especialmente indicada para aquellos que deseen corregir su postura, ganar elasticidad, mejorar el rendimiento deportivo, prevenir lesiones o dolores, etc.
Es una técnica que proporciona un estiramiento seguro y progresivo ya que actúa en el equilibrio y sinergia muscular. Su aplicación se realiza mediante la aplicación de una serie de auto-posturas divididas en familias posturales que inciden en diferentes cadenas musculares, cada postura se debe trabajar individualmente según las necesidades de cada persona y deben ser dirigidas por un profesional de la materia.
Sus beneficios:
- Disminuye las contracturas musculares.
- Mejora la circulación sanguínea.
- Se adquiere mayor conciencia corporal.
- Ayuda en problemas de lumbalgia crónica derivadas de malas posturas, inestabilidad lumbar o espondilolistesis.
- Disminuye lesiones deportivas, laborales y posturales.
Podéis conocer información respecto a este tipo de tratamiento entrando en nuestra página web http://fisioterapiasenso.com/tratamientos/.
El agua es esencial para nuestra salud física y mental, ya que tiene una importante contribución en todos los órganos y sistemas del cuerpo, sobre todo teniendo en cuenta que estamos compuestos por al menos un 70% de agua.
Cada día perdemos agua de manera continuada a través de la piel, la respiración, en las heces, en la orina y en la transpiración de nuestro cuerpo. Si además realizamos ejercicio físico debemos tener en cuenta que al practicarlo la temperatura de nuestro cuerpo aumentan y con ello la transpiración, la pérdida de agua y la necesidad de líquido (hay que beber agua antes, durante y después de practicarlo). Para reponer las pérdidas de líquido se recomienda consumir de 2 a 2,5 litros de agua al día.
Mantener un adecuado nivel de hidratación aporta múltiples beneficios para nuestra salud:
- Regula la temperatura corporal.
- Mantiene la piel hidratada y elástica, mejorando su apariencia.
- Lubrica todas las articulaciones y órganos manteniéndolos en perfectas condiciones.
- Ayuda a mantener un peso saludable, ya que ayuda en la digestión y en la función intestinal.
- Ayuda a transportar los nutrientes.
Si no bebemos la cantidad de agua necesaria podemos sufrir una deshidratación. Esto ocurre cuando perdemos más líquido del que bebemos. Entonces nuestro cuerpo no tiene suficiente agua y no puede funcionar correctamente.
Los síntomas que podemos padecer ante la deshidratación son:
- Mareos o sensación de aturdimiento.
- Dolor de cabeza, náuseas o vómitos.
- Falta de concentración.
- Calambres musculares.
- Boca seca y falta de apetito.
- Piel enrojecida.
- Falta de sudoración.
- Ritmo cardiaco fuerte y acelerado.
- Confusión mental, debilidad y pérdida del conocimiento (en estos casos hay que acudir al médico de inmediato).
Si queremos saber si estamos adecuadamente hidratados podemos asegurarnos de una manera sencilla: revisando nuestra orina. Si la orina no tiene color o es ligeramente amarilla, es probable que estemos bien hidratados, por el contrario, si la orina es de color amarillo oscuro o ámbar es un signo de deshidratación.
Tomar ocho vasos de agua al día nos aporta la cantidad de líquido necesario para que nuestro organismo este bien hidratado. Antes de desayunar ayuda a activar nuestros órganos internos. Media hora antes de comer facilita nuestra digestión. Antes de la ducha mantiene la línea y ayuda a bajar la presión sanguínea y antes de ir a dormir ayuda a bajar la tensión evitando infartos y ataques al corazón.
¡Bebe AGUA!
La Tortícolis o cervicalgia aguda es una contracción muscular prolongada de los músculos del cuello que origina dolor e incapacidad de movimiento. Se produce por la inflamación del músculo esternocleidomastoideo que provoca que la cabeza se dirija hacia un hombro, mientras el mentón mira hacia el hombro opuesto.
Las causas que dan lugar a su aparición son diversas, pudiendo ser de origen hereditario o adquirido como resultado de una lesión muscular provocada por una mala postura o movimiento brusco.
Los síntomas son dolor agudo e intenso, movimiento limitado en el cuello, cefaleas, mareos y rigidez y acortamiento de los músculos del cuello que provoca una posición anormal de la cabeza.
Los tipos de tortícolis que se dan son:
- Tortícolis común. Causada por movimientos bruscos del cuello o malas posturas al dormir, al utilizar el teléfono móvil durante un tiempo prolongado, por estados de ansiedad o estrés, tras una lesión traumática o tras una infección bacteriana o vírica como en la meningitis.
- Tortícolis idiopática. Cuando la afección se da sin causa conocida.
- Tortícolis congénita. Se presenta al nacer como resultado de una mala posición en el útero durante el crecimiento o por problemas en el riego del cuello del feto.
- Tortícolis espasmódica psicógena. Crisis espasmódicas del cuello acompañadas de fuertes dolores. Se relaciona con la fatiga y el estrés.
Teniendo en cuenta que la tortícolis es adquirida por malas posturas, lo mejor que podemos hacer para evitarla es la prevención. Debemos tener especial cuidado en situaciones que puedan provocarla, tales como evitar utilizar almohadas demasiado altas o bajas a la hora de dormir, estar demasiado tiempo con una postura forzada hablando por teléfono, sentarnos adecuadamente frente al ordenador y evitar movimientos bruscos del cuello.
Realizar ejercicios de estiramiento y relajación en la zona puede reducir su aparición, especialmente en pacientes propensos a padecerla.
Si ya padecemos tortícolis, el tratamiento a seguir va a depender de su origen.
En fisioterapia se realizan diferentes técnicas como calor seco en la zona, ultrasonidos, electroterapia, masajes, movilizaciones pasivas, estiramientos, osteopatía y acupuntura. Dependerá de cada caso, pero se recomienda utilizar una combinación de varias técnicas para conseguir un mejor resultado.
La Punción Seca es una técnica invasiva e inocua que consiste en la utilización de una aguja estéril de acupuntura para el tratamiento de la afección músculo esquelética llamada Punto Gatillo (contractura).
Cuando se produce un Punto Gatillo el músculo no recibe los nutrientes necesarios para su correcto funcionamiento y eso se traduce en la aparición de dolor. Con la Punción Seca conseguimos que el sistema nervioso central de lugar a un proceso de regeneración del músculo dañado de manera que llegan más nutrientes, el músculo se relaje y desaparece el dolor.
La aguja se introduce directamente sobre el Punto Gatillo buscando su presión y contracción para que deje de producir dolor. La aguja podríamos decir que funciona como una prolongación de los dedos del fisioterapeuta que permite apreciar los posibles cambios que se dan en los tejidos al ser atravesados por la aguja. Su longitud depende de la zona a tratar.
Es una buena opción como tratamiento para tratar cualquier síntoma de dolor local o referido que creamos que tiene relación con la existencia de un punto gatillo. Es un tratamiento que puede resultar molesto durante y después de su aplicación, dependiendo mucho del paciente y del punto gatillo a tratar.
Los tipos de Punción Seca que existen son:
Punción Seca Superficial. Consiste en la introducción de agujas en el tejido a una profundidad máxima de 1 cm, sin llegar a penetrar en el músculo.
Punción Seca Profunda. Consiste en la introducción de las agujas hasta llegar al punto gatillo. El tamaño de la aguja a emplear lo determina la profundidad y el músculo en el que se encuentre el punto gatillo. Una vez que la aguja se encuentra dentro del Punto Gatillo va a ser necesaria su estimulación introduciendo y sacando la aguja del punto gatillo o haciéndola girar. Después hay que realizar un tratamiento manual superficial (movilizaciones, masaje, contracciones del músculo, etc.) para mejorar la efectividad de la técnica.
Electro-acupuntura. Es una técnica de punción profunda que consiste en aplicar corriente eléctrica usando las agujas empleadas en la punción como electrodo.
En Senso aplicamos la punción seca en una gran variedad de patologías, tales como:
– Vértigos, mareos y dolor de cabeza.
– Tortícolis, dolor en la zona del cuello.
– Patologías del hombro.
– Tratamiento de toda la musculatura dorsal y escapular.
– Epicondilitis y epitrocleitis.
– Patologías de musculatura radial y cubiltal, flexores y extensores.
– Tratamientos de lumbago y síndrome del piramidal.
– Tratamiento de ciáticas y hernias discales.
– Esguince de rodilla y de tobillo.
– Tendinitis y tendinopatías.
– Musculatura pterigoidea por bruxismo y desajustes de la articulación temporo-mandibular.
– Descargar miembro inferior.
– Tratamiento de elongaciones y roturas fibrilares… entre otras.
La punción seca es una técnica muy efectiva en el tratamiento del dolor miofascial.
Si necesitas más información no dudes en ponerte en contacto con nosotros.
La espina bífida es una malformación congénita que aparece durante la formación del feto y en el que la columna y el canal medular no se cierran antes del nacimiento, lo que hace que la médula espinal y las membranas que la recubren sobresalgan por la espalda. La principal causa es la deficiencia de ácido fólico en la madre durante los meses previos al embarazo y en los meses siguientes, aunque hay casos cuya causa es desconocida. También se cree que puede haber un factor hereditario.
Las zona en la que suele aparecer son la región lumbosacra, la región dorsolumbar y en raras ocasiones en la región torácica y cervical.
Existen dos tipos de espina bífida:
- La Espina bífida oculta. Se da como consecuencia de la aparición de un defecto en una o más vértebras, donde la médula espinal y los nervios no están alterados. No tiene síntomas o aparecen a edades avanzadas. En caso de aparecer síntomas, se clasifican como:
Neurológicos. Atrofia y/o debilidad en extremidades inferiores, escasa sensibilidad o alteración de los reflejos.
Genito-urinarios. Incontinencia, retención.
Ortopédicos. Deformidad de los pies o diferencias de tamaño.
- La espina bífida abierta o quística. Tiene un diagnóstico más grave, sus síntomas son más evidentes (abultamiento en la zona afectada) y se distinguen varios tipos:
Meningocele. Una o más vértebras presentan una abertura con un quiste de líquido cefalorraquídeo.
Mielomelingocele. Es la forma más frecuente y más grave debida a que en la cavidad quística se encuentra la médula espinal, raíces nerviosas, meninges y líquido cefalorraquídeo, afectando a nivel lumbar o lumbosacro. No es mortal pero produce graves daños a nivel neuronal (hidrocefalea, discapacidad motriz e intelectual).
Los trastornos asociados a esta malformación a nivel neuronal son:
- Acumulación excesiva de líquido cefalorraquídeo en el cerebro que ocasiona una presión perjudicial en los tejidos del cerebro.
- Consciencia de sí mismo y de otras personas.
- Problemas de comprensión.
- Problemas de percepción visual.
- Incoordinación.
- Falta de destreza manual.
- Dificultad en las actividades gráficas y coordinación bi-manual.
Alteraciones del aparato locomotor:
- Debilidad muscular o parálisis.
- Deformidades y disminución o pérdida de sensibilidad por debajo de la lesión.
Trastornos del sistema genito-urinario:
– Incontinencia vesical y/o anal.
– Retención vesical y/o anal.
– Infecciones urinarias.
La prevención esta dirigida a evitar la ingesta de tóxicos y fármacos teratógenos en el período periconcepcional (antes del embarazo) y tener una dieta equilibrada con un aporte extra de folatos (ácido fólico).
En fisioterapia podemos ayudar a tratar esta malformación con técnicas destinadas al desarrollo de las capacidades físicas que hagan posible la independencia de las personas que la padezcan.
Os vamos a ofrecer unos consejos para evitar que vuestros hijos/as sufran lesiones de espalda y las prevengan, pues en breve darán de nuevo comienzo las clases y se volverá a la rutina diaria del colegio.
- Lo primero a lo que debemos prestar atención es a la mochila. La utilización de una buena mochila, así como su correcta utilización pueden evitar lesiones de espalda.
La mochila que utilicen los escolares debe ser comoda, ligera y agustable a la altura del niño/a. los tirantes deben ser anchos (al menos de 4 milimetros) y acolchados para evitar rozaduras. Una mochila con varios bolsillos hará que el reparto del peso sea más equitativo y organizado. Si es posible, utilizar una mochila que tenga cinturón para abrocharselo a la cintura.
En el caso de que sea necesario agacharse para coger algo del suelo y llevemos la mochila a la espalda, nos agacharemos a recoger el objeto flexionando las rodillas.
- Adoptar una postura correcta en clase para cuidar nuestra espalda. Se debe mantener la espalda erguida y pegada al resplado de la silla, no inclinarse hacia adelante sino acercarse a la mesa lo necesario para evitar curvar la espalda y sobrecargarla.
Lo más importante para mantener la espalda sana es la prevención, enseñando a nuestros hijos/as estos sencillos consejos podemos evitar futuras lesiones y dolencias.
La rodilla, al ser la articulación más voluminosa, es la más vulnerable a la hora de padecer lesiones.
La rodilla de corredor se da como consecuencia de la tensión constante de la rodilla y se produce cuando la rótula se desplaza y está fuera de lugar, pudiendo irritar el surco femoral y desgastar el cartílago que se encuentra debajo de la rótula provocando dolor intenso y punzante. Las causas que pueden dar lugar a esta afección son:
- Un traumatismo en la rodilla como consecuencia de un golpe o caída que puede dislocar y desplazar la rotula fuera de lugar haciendo que esta se deslice de manera incorrecta por el surco femoral.
- El entrenamiento excesivo o sobrecarga como la tensión continua de la rodilla puede irritar los nervios que rodean la rótula y dislocar los tendones hasta provocar dolor.
- La desviación de la rótula puede desgastar el cartílago y producir dolor e irritación en el hueso subyacente y en el cartílago articular.
- Músculos de la pierna débiles o contracturados que pueden aplicar presión excesiva en la rodilla y desalinear la rótula.
- El pie plano puede estirar los músculos y tendones de la pierna, causando dolor en la rodilla.
El síntoma más común que se da en la rodilla del corredor es la sensibilidad o dolor a ambos lados de la rótula, además la rodilla puede hincharse. El dolor suele ser más intenso cuando se realiza algún movimiento que requiera que se flexione la rodilla como arrodillarse, correr, agacharse,…
Es importante tratar esta afección para evitar acelerar la aparición de artritis.
Para evitar su aparición debemos:
- Precalentar y estirar antes y después de realizar actividad física intensiva de la rodilla. Unos músculos fuertes y flexibles proporcionarán un mejor soporte para las rodillas y será menos probable que se irriten.
- Evitar el sobrepeso, ya que cuanto mayor sea más peso tendrán que soportar las rodillas y habrá mayor riesgo de tensión sobre las mismas.
- Utilizar zapatillas para correr adecuadas al tamaño del pie, con mucho soporte y re-emplázalas cuando estén gastadas o las suelas comiencen a perder la forma.
- Evitar correr sobre asfalto y cemento porque generan una tensión adicional sobre las rodillas.
- Aumentar gradualmente la intensidad de los ejercicios.
- Utilizar rodillera en la realización de ejercicio en caso de haber padecido anteriormente rodilla de corredor.
En caso de estar padeciendo dolor durante la práctica de ejercicio debemos:
- Interrumpir la actividad que lastime la rodilla hasta que no haya síntoma de dolor.
- Descansar lo más que se pueda.
- Utilizar una bolsa de hielo o compresa fría para reducir la inflamación.
- Utilizar una rodillera.
- Elevar la rodilla por encima del nivel del corazón.
- Realizar ejercicios de estiramiento y fortalecimiento.
- Utilizar plantillas ortopédicas para ayudar a aliviar el dolor en caso de tener pies planos.
En fisioterapia el uso del kinesiotaping puede ayudar en el tratamiento de esta afección.
La Terapia Cráneosacral es una terapia manual indolora, suave, profunda y segura que engloba a todo el cuerpo y corrige los desequilibrios del Sistema Cráneosacral que pueden ser la causa de disfunciones sensitivas, motoras o neurológicas. Ayuda a aliviar o paliar diferentes enfermedades, dolores y disfunciones corrigiendo su origen.
El Sistema Cráneosacral envuelve nuestro cerebro y médula espinal, centro de nuestras emociones, sensaciones,…, y es por ello que esta relacionado con nuestra salud y bienestar. Esta basado en la existencia de una pulsación rítmica sutil que emerge en los tejidos y fluidos del núcleo del cuerpo y que se denomina Ritmo Cráneo Sacral (RCS). Este ritmo se puede sentir, valorar y corregir a través de la palpación, y ser percibido como un movimiento respiratorio sutil que se trasmite a los órganos y tejidos corporales determinando nuestro estado de salud.
En la Terapia Cráneosacral se utilizan las manos con una leve presión como instrumento para liberar tensiones, congestiones o restricciones que se dan en el Sistema Cráneosacro (conjunto de meninges que envuelven al Sistema Nervioso Central), que limitan su movimiento y funcionamiento, asegurando así el correcto funcionamiento de sus estructuras y del líquido cefalorraquídeo. El cuerpo, al liberarse de dichas restricciones, aumenta su nivel de energía y relajación. Puede ser utilizada en cualquier persona, desde un bebe hasta un anciano, y la duración de las sesiones de este tipo de técnica varia en función de esto.
En los casos en los que está indicada la Terapia Cráneosacral:
- Alteraciones de la Articulación Temporo Mandibuar (ATM).
- Dolores crónicos de cuello y espalda.
- Ciática.
- Depresión.
- Dolor articular.
- Dolor y tensión muscular.
- Dolores de cabeza y migrañas.
- Cansancio crónico.
- Problemas oculares.
- Estrés.
- Problemas de concentración.
- Trastornos de aprendizaje.
- Lesiones deportivas.
- Parálisis facial.
- Problemas digestivos.
- Secuelas de accidentes.
- Síndrome de estrés postraumático.
- Zumbido en oídos.
- Vértigos.
- Alteraciones motoras y de coordinación.
- Desórdenes del Sistema Nervioso Central.
- Lesiones traumáticas cerebrales y medulares.
Las ampollas en los pies son bolsas de líquido que se forman en las dos capas superiores de la piel y que se producen cuando estas capas frotan una contra otra hasta que se separan, produciendo un hueco que se llena con un líquido acuoso.
Los síntomas que se presentan con la aparición de una ampolla suele ser molestia y dolor, enrojecimiento de la piel, ablandamiento y levantamiento de la piel donde se está formando la ampolla.
Existen varias causas que dan lugar a la aparición de las ampollas:
– El mal uso del calzado. Debido a que son excesivamente grandes y dan lugar a la fricción del pie y el zapato, el uso de un calzado demasiado justo que somete al pie a demasiada presión y al uso de calzado nuevo durante un largo periodo sin descanso.
– La exposición a temperaturas extremas (frío o calor).
– La exposición de los pies a productos químicos (cosméticos, detergentes, disolventes…).
– Reacción alérgica.
– Estados de salud (estrés,…)
– Mala transpiración del pie.
– Infecciones por hongos.
– A causa de otras afecciones como el eczema dishidrótico, la varicela y el herpes.
¿Cómo podemos prevenir las ampollas?
– Manteniendo los pies secos. No usar calzado húmedo o mojado.
– Sustituyendo los calcetines con regularidad.
– Evitando el uso de un calzado que sea demasiado ancho o estrecho. Si vais a utilizar calzado nuevo, usadlo frecuentemente y por cortos periodos de tiempo para que los pies se vayan adaptando.
– Evitando la exposición de los pies a temperaturas extremas, y en caso necesario, utilizar un calzado adecuado.
En el caso de tener una ampolla ya formada en el pie, el tratamiento a seguir sería:
Limpia el área de la ampolla con agua tibia y jabón. Usar jabón antibacteriano.
Si la ampolla no duele al caminar debemos dejar que se cure por sí sola.
Si es dolorosa al caminar, lo mejor que podemos hacer es drenarla. Para ello utilizaremos una aguja hipodérmica previamente esterilizada. Introducimos la aguja en la base de la ampolla con el fin de vaciarla de líquido. Desinfectamos la zona con un antiséptico y la cubrimos con una gasa, almohadilla, tirita…
Vamos manteniendo la zona limpiándola y cambiando el vendaje con asiduidad y dejamos que sane.
No realizar el tratamiento previamente descrito en caso de que la ampolla drene pus, huela mal o se enrojezca ya que es probable que esté infectada. Del mismo modo, no hacerlo en caso de que la ampolla tenga sangre. Para estos casos es mejor acudir al médico.
Vamos a proponeros una manera fácil, cómoda y asequible de fabricar vuestras propias bolsas de hielo flexibles, que os van a resultar muy útiles tras sufrir alguna lesión como un golpe, una caída, un chichón…
Como sabéis el frío tiene un efecto analgésico que ayuda a aliviar el dolor de un traumatismo, ayuda a disminuir el espasmo muscular, la hemorragia y cierra los vasos sanguíneos (lo que impide que llegue más sangre a la zona dañada reduciendo la inflamación).
Estas bolsas os van a resultar muy cómodas, ya que pueden flexionarse y moldearse para ajustarse alrededor de las diferentes partes del cuerpo.
Los materiales necesarios para su elaboración son los siguientes:
- Bolsa Zip de congelación. Este tipo de bolsas funcionan mejor porque son más resistentes. Se pueden utilizar del tamaño que mejor se ajuste al área a tratar.
- Alcohol isopropílico. Que podéis adquirir en farmacias.
- Colorante para alimentos (opcional). Solo si se dese dar a la bolsa otra apariencia más colorista.
Las proporciones para realizar la bolsa de hielo flexible son:
- 2 Bolsas de cierre hermético (bolsas Zip de congelación).
- 1 taza de alcohol isopropílico.
- 2 tazas de agua.
- Colorante alimentario (opcional).
Una vez que tenemos todos los ingredientes en el interior de la primera bolsa, debemos intentar sacar la mayor cantidad de aire antes de cerrarla. Una vez hecho esto introducimos la primera bolsa dentro de la segunda con el fin de darle mayor resistencia y nos aseguramos de que esté completamente comprimida y luego la colocamos en el congelador en posición horizontal y dejamos que se congele (puede llevar de 12 a 14 horas).
Una vez finalizado, sacamos del congelador y debemos tener un buen paquete frío flexible.
El ingrediente clave que evita que el agua se congele por completo es el alcohol. Esto hace que sea más fácil envolverlas alrededor de la lesión.
Como ventajas podemos mencionar que no gotean, a diferencia del hielo, y se pueden reutilizar tantas veces como se quiera. Sólo tienes que meterlas en el congelador cuando se descongelen.
Precauciones con el uso de las compresas frías:
- No colocar la bolsa de hielo directamente sobre la piel. Poner previamente en la zona a tratar una toalla o paño.
- No utilizarla más de 10 o 15 minutos.
- Mantener fuera del alcance de los niños.