La articulación sacro-ilíaca es aquella que se sitúa al lado de la parte inferior de la columna vertebral, debajo de la columna lumbar y sobre el cóccix.
Es la articulación responsable de transferir el peso de la parte superior del cuerpo a las extremidades inferiores.
La disfunción de la articulación sacro-ilíaca ocurre cuando el movimiento anormal de dichas articulaciones produce dolor.
Causas de la disfunción saco-ilíaca:
- Hipermovilidad o hipomovilidad de las articulaciones sacro-ilíacas.
- Tener una pierna más corta que la otra.
- Gota.
- Artritis reumatoide.
- Artritis séptica.
La disfunción de esta articulación suele ser más común en mujeres jóvenes y de mediana edad.
Los síntomas que presenta suelen ser similares a los de la hernia de disco, por que suele confundirse con ésta.
Es una afección que puede causar dolor en la parte baja de la espalda o en las nalgas, y que además puede irradiarse hacia las piernas o a los músculos próximos, provocando espasmos o disfunción articular.
Su diagnóstico puede resultar difícil porque los síntomas se asemejan a los de otras afecciones frecuentes.
Para llegar a un diagnóstico claro se debe realizar un examen físico que descarte otras posibles causas, o mediante una inyección que se usa para bloquear el dolor.
Los tratamientos para tratar la disfunción de la articulación saco-ilíaca son por lo general conservadores y centrados en restablecer la movilidad normal en la articulación.
Entre los tratamientos que se utilizan están:
- Hielo, calor, y reposo. En el incluyen la aplicación de hielo o compresas frías en intervalos de 15 a 20 minutos para reducir la inflamación en el área, junto con reposo para reducir la irritación. Una vez que se reduce la inflamación, es aconsejable retomar las actividades normales en forma gradual.
La aplicación de calor también puede ayudar siempre que no se realice en la fase de dolor intenso y agudo.
- Anti-inflamatorios que ayudan a reducir la inflamación y en consecuencia el dolor.
- Manipulaciones manuales. La manipulación manual realizada por un profesional de la salud cualificado puede ser de ayuda.
- Soportes o correctores. Consiste en la colocación de un dispositivo que puede ser muy útil cuando la articulación está inflamada o causa dolor.
- La fisioterapia gradual controlada puede ser de ayuda para fortalecer los músculos alrededor de la articulación sacro-ilíaca y aumentar en forma adecuada el rango de movimiento.
- El ejercicio aeróbico suave y de bajo impacto ayudará a aumentar el flujo de sangre al área, que a su vez estimula la respuesta de curación.
- Inyectables en la articulación sacro-iliaca.
- Inyección anestésica como lidocaína que producen alivio inmediato del dolor.