Las contracturas musculares son lesiones que se derivan de la contracción del músculo de forma involuntaria y su carácter lesivo reside en la continuidad de la contracción de forma continuada en el tiempo. Al ser una lesión involuntaria, la musculatura siempre está en constante tensión, produciendo un abultamiento e hinchazón de la zona y dolor y alteración del normal funcionamiento del músculo.
Los síntomas mas comunes que presentan las contracturas musculares son dolor y/o limitación de movimiento.
Existen diferentes tipos de contracturas:
Las que se producen realizando un esfuerzo. Se producen porque el organismo es incapaz de depurar los metabolitos que se acumulan cuando realizamos ejercicio, y esto genera dolor e inflamación al no haber una suficiente irrigación sanguínea que depure la zona.
Las que se producen tras la realización de un esfuerzo. Debidas a la fatiga excesiva de las fibras que tras la realización de ejercicio intenso ven disminuida su capacidad de relajación.
Residuales. Tras una lesión grave la zona lesionada tiende a contraerse como mecanismo de protección.
El mejor método de prevención de contracturas es la realización de un buen calentamiento que prepare al músculo antes de la realización de un esfuerzo. Ir aumentando la intensidad del ejercicio de menos a más para evitar sobrecargar y realizar un buen trabajo de flexibilidad.
Si padecemos una contractura lo mejor que podemos hacer es tratarla con un buen fisioterapeuta que nos indique qué tipo de contractura padecemos así como el mejor método para tratarla.