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Con el otoño bien avanzado, nos acercamos sin darnos cuenta a una nueva Navidad, y por qué no regalar lo más importante para esa persona querida? La salud. Regalar salud, bienestar en forma de tratamientos de fisioterapia que mejorarán sensiblemente el estado general del cuerpo tanto a nivel muscular como a nivel orgánico y mental.

El bienestar físico y psicológico es calidad de vida y se traduce en optimismo y vitalidad. por eso la mejor forma de regalar salud y bienestar es a través de nuestras tarjetas regalo que puedes solicitar siempre por teléfono o de manera presencial en nuestra clínica para la persona que quieras, cuando quieras (la puedes reservar para Navidad, Reyes o cualquier otra fecha), y con el tratamiento que quieras, desde una sesión de descarga muscular de una hora a un tratamiento de drenaje linfático o cualquier otro de nuestros tratamientos personalizados.

No lo dudes y reserva o pide ya tu tarjeta regalo y sorprende regalando lo mejor que se puede regalar, salud.
El equipo Senso
Como cada otoño, con el nuevo curso, en Senso estamos ready para afrontar una nueva temporada, que seguro viene cargada de pruebas deportivas, retos, nuevas metas, y que por nuestra parte afrontamos a tope de ilusión, con las pilas cargadas, después del largo verano.
Nuevos cursos que realizaremos estos meses para seguir mejorando nuestra formación y por ende la calidad de la asistencia a nuestros pacientes, con nuevas técnicas y los últimos conocimientos.
Por eso somos una de las Clínicas de fisioterapia más demandadas en Segovia y provincia y nuestros clientes nos avalan con su fidelidad.
Desde la acupuntura, al masaje infantil, pasando por el EPTE, la punción seca o la reflexología podal, adaptamos y tratamos con nuestras manos según la dolencia de nuestros pacientes.
El otoño es una buena época para darse una sesión de puesta a punto para afrontar con los músculos bien tonificados y en buen estado los retos y objetivos deportivos o no, del nuevo curso, por eso no dejes para mañana la salud de hoy.

La talodinia hace referencia al dolor en
el talón a causa de una enfermedad inflamatoria.
En el talón tenemos un hueso que lo forma
llamado calcáneo que es el primer hueso en tocar el suelo cada vez que
caminamos. Cuando sentimos un dolor generalizado en el talón, se le denomina
talodinia.
Las causas de la talodinia puede deberse por
anormalidades anatómicas o fisiológicas (pie plano o pie cavo), el varo o valgo
del retropié puede causar un mal apoyo del pie y aumentar la tensión sobre las
estructuras posteriores y laterales del tobillo y el talón, y la pérdida de la
grasa de la almohadilla del talón es una de las principales causas de la
talodinia.

A menudo puede desarrollarse como
consecuencia del uso de calzado inapropiado o por un golpe en la zona. También
se da por malas posturas al correr o caminar, presencia de callos y diversas
enfermedades (cáncer, artritis, obesidad, etc.).
La práctica de deportes como el fútbol,
senderismo, baloncesto, voleibol, atletismo y otros donde el pie tiene un papel
protagonista ayuda a que se desarrolle una talodinia.
Otras causas que pueden originar su
aparición son enfermedades reumáticas como la artritis reumatoide o la artritis
psoriásica y la gota. Estas a menudo causan dolor en el pie y el talón.
El síntoma principal que presenta esta
afección es la presencia de dolor, especialmente en la mañana cuando nos
levantamos de la cama. Durante el día suele disminuir la intensidad del dolor y
en ocasiones puede incluso desaparecer, pero si permanecemos en reposo un largo
periodo de tiempo, el dolor puede aparecer nuevamente.
Para poder diagnosticar la talodinia, el
dolor debe estar localizado en una extensa área del talón, en la parte inferior
o en el perímetro del talón y no encontrar ninguna otra causa que genere el
dolor. Para su diagnóstico se puede utilizar:
- Rayos X.
- Ultrasonido.
- Análisis de sangre.
- La resonancia magnética.
Su tratamiento principalmente se basa en
el reposo, ya que el problema de la talalgia es que el solo hecho de apoyar el
talón y el movimiento del pie al caminar puede agravar la lesión.
Es conveniente y necesario que el
tratamiento pase a manos de un fisioterapeuta, ya que nos ayudará a acelerar el
proceso de recuperación.
En algunos casos, si el dolor y la inflamación
del talón persisten, es necesario el tratamiento quirúrgico de la lesión.
Si ya se ha pasado por una talalgia
anteriormente, será importante adoptar medidas preventivas para evitar que se
reproduzca:
- Perder peso.
- Uso de calzado adecuado para
la práctica deportiva. - Evitar de calzado plano.
- Utilizar plantillas
ortopédicas o almohadillas en los talones. - Evitar correr sobre el
asfalto o superficies duras e irregulares.
Los medicamentos anti-inflamatorios pueden
proporcionar un alivio temporal, pero no actúan en la causa de la enfermedad.
En cualquier caso, si padecemos algunos
de los síntomas citados debemos acudir al médico para que nos realice el diagnóstico
y de esta manera tratar la lesión lo antes posible.
La postura corporal es la posición en la
cual mantenemos nuestro cuerpo en el espacio. Tener una buena postura corporal
desempeña un papel determinante en la prevención de lesiones en las
articulaciones, los músculos y los huesos. Los beneficios de mantener postura
correcta son:
- Reducción de la fatiga,
debido a que los músculos se utilizan de forma eficiente y en consecuencia el
cuerpo necesita menos energía para moverse. - Alineación correcta de los
huesos y las articulaciones. - Prevención y disminución de la
tensión muscular. - Minimiza las cargas sobre las
articulaciones. - Prevención del dolor de
espalda y cuello. - Aumento de la autoestima.
Por el contrario, una mala postura con el
cuerpo inclinado hacia delante o exageradamente derecho, dificulta la
respiración y puede provocar problemas como lumbago, escoliosis y lordosis;
además de comprimir los órganos de la digestión y provocar molestias
digestivas.
Os vamos a presentar una serie de
ejercicios que son muy sencillos de realizar y que nos ayudarán a mejorar
nuestra postura corporal.
- Ejercicio 1. Comenzamos con un ejercicio de respiración torácica. Los ejercicios de respiración exigen una posición especial del cuerpo que reduce la tensión muscular y los síntomas derivados de las malas posiciones.

La forma de
realizarlo es sencilla, sentados sobre un tapete cruzamos las piernas, contraemos
el abdomen y nos aseguramos de tener la espalda recta.
Los omóplatos
han de estirarse uno al otro. Los hombros miran hacia abajo y hacia atrás.
Debemos conseguir
que al respirar solo se muevan las costillas mientras el vientre queda inmóvil.
Al inhalar el tórax se expande y al exhalar se contrae.
- Ejercicio 2. En primer lugar,
nos paramos bien derechos, con los brazos a ambos costados del cuerpo y los
pies juntos. Extendemos los brazos hacia el frente y, a medida que los vamos
elevando hacia la parte superior de la cabeza, despegamos los talones del
suelo.
Bajamos los
brazos poco a poco hasta volver a la posición inicial. Repetimos entre 5 y 10
veces.
- Ejercicio 3. Estiramos el
pecho para mejorar la postura corporal extendiendo el brazo sobre el borde de
una pared o una puerta. Luego, nos inclinamos hacia adelante tanto como podamos.
Permanecemos así durante unos segundos y repetimos con el otro brazo. Realizar
3 series con cada brazo.
- Ejercicio 4. Realizamos un
ejercicio de estiramiento colocando los brazos por detrás de la cabeza y estiramos
la espalda sobre una superficie suave tanto como podamos y tratamos de mantener
la postura por unos segundos. Realizar 3 repeticiones.
- Ejercicio 5. Realizamos una
plancha colocándonos boca abajo, apoyándonos en el suelo sobre los antebrazos y
las puntas de los pies.Ni el tórax ni la cadera deben quedar colgados. El
cuerpo debe formar una línea recta y el abdomen ha de permanecer contraído.
Permanecemos en esta posición durante 20 – 30 segundos y repetimos 3 veces.
- Ejercicio 6. Elevamos la
pelvis colocándonos boca arriba, con los brazos a los costados del cuerpo y las
rodillas flexionadas. Posteriormente, elevamos la pelvis con cuidado,
presionando los pies con fuerza. Mantenemos el abdomen contraído y permanecemos
así durante 20 segundos. Repetimos 3 veces.
- Ejercicio 7. Realizamos un
ejercicio para aliviar el dolor de espalda. Sentados sobre un tapete con las
piernas estiradas, formamos un ángulo recto entre el torso y las piernas.
Disponemos las
palmas de las manos sobre el tapete como apoyo y enderezamos la espalda
manteniendo la vista al frente. Mantenemos la postura durante 30 segundos y
descansamos.
Realizando estos estos ejercicios estaréis
trabajando los músculos implicados en la correcta postura corporal.
El quiste
sinovial o ganglión es un nódulo
formado por acumulación de líquido que aparece alrededor de las articulaciones
y los tendones, principalmente de las manos, pero también de otras partes del
cuerpo. Los lugares más comunes donde se presentan es en la parte de arriba de
la muñeca, el lado de la palma de la muñeca, la base de los dedos del lado de
la palma y la parte superior de la articulación que está más cerca de la punta
de los dedos.

El líquido sinovial permite la fluidez de
las articulaciones y el deslizamiento de los tendones. Cuando el líquido
sinovial se produce en exceso se forma el ganglión, apreciándose un pequeño
bulto bajo la piel fácilmente visible.
En los estadios iniciales no suele generar
dolor y se va a poder deprimir o modificar con facilidad, en los estadios más
avanzados es más complicado.
Aunque no se sabe a ciencia cierta cuales
pueden ser las causas de su aparición, es posible que se formen en presencia de
irritación de las articulaciones o los tendones (sobreesfuerzo, caídas,…
El tratamiento en los estadios iniciales
puede ser manual, un tratamiento de fisioterapia u osteopatía. En muchos casos,
los quistes simplemente se pueden observar, ya que con frecuencia desaparecen
espontáneamente.
En el caso de estadíos más avanzados, donde
el quiste se vuelve doloroso o limita la actividad hay varias opciones de
tratamiento disponibles:
- Entablillados y medicamentos
antiinflamatorios a fin de reducir el dolor asociado con las actividades. - Realizar una aspiración para
sacar el líquido del quiste y descomprimirlo.
Si las opciones no quirúrgicas no logran
aliviar o si el quiste reaparece, hay alternativas quirúrgicas, que implican la
extirpación del quiste. El tratamiento
quirúrgico suele ser exitoso.
El diagnóstico suele basarse en la
ubicación del bulto y en su apariencia.
Normalmente se realiza un examen físico
corporal y se observan los síntomas.
Los nudos de diferente tamaño, firmes y
elásticos, suelen ser visibles y palpables en las proximidades de la
articulación o vainas del tendón.
Si el ganglión no se ve ni se siente, el
diagnóstico es difícil. En estos casos se plantean diversos métodos para
comprobar el hallazgo por palpación.
Las articulaciones facetarias pueden
inflamarse como consecuencia de una lesión o artritis y provocar dolor y
rigidez.
El síndrome facetario o artrosis facetaria consiste en la degeneración del cartílago que separa la articulación “facetaria”. La articulación o articulaciones facetarias son las conexiones entre las vértebras en la columna. Como cualquier otra articulación del cuerpo, permiten los movimientos de la columna de inclinarse o retorcerse.
Los huesos sufren cambios degenerativos
debido a la artrosis o desgaste de estas superficies articulares. Por ello, los
huesos se deslizan unos sobre otros con fricción y limitaciones.
La fricción y limitaciones son
consecuencia de la degradación excesiva de los cartílagos articulares que
causan la irritación de las mismas. A esto es a lo que llamamos síndrome
facetario. Cuando esto sucede, generalmente provocan dolor en la zona afectada.

El dolor que presenta esta afección es un
dolor que está ubicado en la parte lumbar de la columna vertebral y puede
irradiarse hacia las nalgas, ingle y la parte posterior del muslo. Es un dolor que
suele agravarse estando de pie durante largos periodos de tiempo y con los
movimientos de hiperextensión, inclinación y rotación contralateral.
Sin embargo, el dolor mejora cuando se
está acostado y cuando se realiza el movimiento de inclinación hacia delante.
Para su diagnóstico es necesario tener en cuenta los síntomas que presenta. Por lo general el diagnóstico suele ser a través de una radiografía, tomografía o resonancia magnética. No existe otro tipo de pruebas específicas.
Su tratamiento puede ser conservador o
invasivo.
El tratamiento conservador consiste en
diferentes técnicas como:
- Láser. Es una técnica que
produce un efecto analgésico debido a la liberación de ciertas sustancias que
inhiben el dolor y disminuyen la inflamación que pueda estar generando el dolor
a nivel de la articulación facetaria. - Reposicionamiento de las
articulaciones a través de movilizaciones de la columna y otras técnicas
manuales, que disminuye la fricción entre los tejidos y el dolor. - Ejercicios de fisioterapia de
flexibilización y fortalecimiento muscular.
El tratamiento invasivo es una terapia
basada en la infiltración de anestésicos y cortisona en el nivel de las
articulaciones. Solo está indicada en casos muy concretos.
Los tendones son unas cuerdas fibrosas de
tejido conectivo, que sirve de unión entre los músculos y los huesos. Su
cubierta exterior está vascularizada y es la única parte que puede experimentar
una inflamación.
La tendinitis de codo es una inflamación
de los tendones que unen los músculos del antebrazo con la parte exterior del
codo. Los músculos y los tendones del antebrazo se dañan debido al uso excesivo
o a la realización de movimientos repetitivos. Esto produce dolor y sensibilidad
en la parte exterior del codo.
La causa más común de la tendinitis es el
uso excesivo. Hay ciertas actividades que pueden causar que los tendones
trabajen más de lo habitual, lo que provoca una inflamación localizada de los
tejidos.
Una causa menos frecuente de inflamación
de los tendones es un traumatismo directo en la zona, una tendinitis
postraumática, una caída sobre la mano, o la acción de presionar durante largos
periodos de tiempo.
Tipos de tendinitis de codo:
- Codo de tenista
(epicondilitis lateral). El epicóndilo es el área donde los músculos del
antebrazo se unen al hueso lateral del codo. Su aparición se debe al uso
excesivo de estos músculos, donde se realiza una extensión o rotación forzadas
de la muñeca o la mano. - Codo de golfista (epicondilitis
media). El codo de golfista se debe al
uso excesivo de los músculos que utilizamos para cerrar los puños.

El principal síntoma de la tendinitis de
codo es la aparición del dolor durante el movimiento con ejercicios de
contracción o de estiramiento y presión sobre el tendón.
El dolor no suele ser muy intenso pero si
resulta molesto, pudiendo a afectar en el estado de ánimo de quien la padece debido
a que la tendinitis hace difícil o imposible realizar una actividad cotidiana.
Su diagnóstico es de tipo clínico. En
primer lugar se realiza la exploración al paciente después de comprobar la
anamnesis, conocer los factores de riesgo, posibles traumas, empleo y las
actividades deportivas que realice en su caso.
El profesional realizará una prueba de
contracción de los músculos implicados, el estiramiento de los tendones y
presionará el área del dolor para ver si hay aumento de los síntomas.
En algunos casos se puede prescribir una
ecografía para evaluar el estado de los tendones, cualquier inflamación, degeneración
o tendinosis que pueda existir.
El tratamiento de la tendinitis de codo
se basa principalmente en tratar la afección lo más pronto posible para evitar
que pase a ser una tendinopatía crónica, además de reducir la inflamación,
restaurar la flexibilidad y recuperar la fuerza.
Durante el tratamiento es importante restringir
la actividad que produce el dolor, siendo el reposo una necesidad.
El tratamiento de la tendinitis de codo también
puede tratarse con medicamentos anti-inflamatorios orales o tópicos. Pero en
todo caso, estos métodos anti-inflamatorios pueden proporcionar un alivio
temporal pero no resuelven el problema.
La fisioterapia suele ser un medio
bastante eficaz en el tratamiento de la tendinitis de codo ya que puede ayudar
a restaurar la flexibilidad y la fuerza del codo.
Entre los métodos que se utilizan en
fisioterapia para reducir el dolor y la
inflamación se encuentra la electroterapia como el ultrasonido, iontoforesis y
la estimulación eléctrica.
La osteoporosis es una enfermedad esquelética
en la que se produce una disminución de la densidad de masa ósea. Por este
motivo, los huesos se vuelven más porosos, aumenta el número y el tamaño de las
cavidades que existen en su interior, se vuelven más frágiles y se rompen con
mayor facilidad.
Hay tres formas en las que se produce la
osteoporosis:
- Reducción de la captación de
sales minerales de calcio. - Aumento de la eliminación de sales
minerales fuera del tejido óseo. - Combinación de ambas circunstancias.
Las causas que dan lugar a su aparición
se debe a que durante toda la vida se producen en nuestro cuerpo numerosos
cambios metabólicos en los que se alternan fases de destrucción y formación de
hueso. Estas fases están reguladas por distintas hormonas, por la actividad
física, la dieta, los hábitos alimenticios, la vitamina D, disminución de
calcio en el organismo.
A partir de los 35-40 años se produce una
pérdida natural de masa ósea, que suele ser
más frecuente en las mujeres post-menopaúsicas debido a la disminución
de estrógenos.
Otras causas asociadas a su aparición son
el alcoholismo, enfermedades inflamatorias reumáticas, endocrinas, hepáticas,
insuficiencia renal, determinados fármacos, etc.
Los síntomas se manifiestan de manera
tardía, ya que no se identifica hasta que la pérdida de hueso es tan importante
como para que aparezca una fractura.
Las fracturas más frecuentes suelen ser
vertebrales, de cadera y de la muñeca.
En la actualidad, los reumatólogos
cuentan con amplias herramientas para su diagnóstico precoz y de este modo
adaptar el tratamiento para prevenir la pérdida de masa ósea y combatir la
osteoporosis.
Se puede ayudar a mejorar la calidad del
hueso mediante la adecuada ingesta de calcio, el ejercicio físico, una dieta
equilibrada, suplemento de vitamina D y evitar el tabaco y el alcohol.
El tratamiento de la osteoporosis se basa
fundamentalmente en la reducción del número de fracturas. La ingesta de
fármacos como los bifosfonatos, denosumab, moduladores selectivos de receptores
de estrógenos (raloxifeno, bazedoxifeno) y estrógenos. El tratamiento osteoformador
que estimula la formación de nuevo hueso. Y el ranelato de estroncio que presenta
un mecanismo de acción mixto (antiresortivo y osteoformador).
En todo caso, será el especialista (reumatólogo)
el encargado de valorar las características del paciente, sus antecedentes
patológicos y los factores de riesgo de osteoporosis y decidirá en cada
situación cuál es el fármaco más adecuado en cada caso.