La Dorsalgia es un dolor que se produce en la zona central de la espalda y que comúnmente conocemos como “paletilla”. Suele aparecer como reflejo de un órgano alterado o en disfunción (hígado, vesícula biliar, estómago,…), por una incorrecta alimentación, por afecciones emocionales como el estrés, la depresión,…, como resultado de las malas posturas que adoptamos diariamente y como consecuencia de padecer una hernia de disco.
No siendo grave, si resulta bastante molesta y puede derivar en problemas más serios en nuestra columna cervical y lumbar.
Sus síntomas se presentan en forma de dolor que puede ser intermitente o constante, y la aparición de una contractura en la zona dorsal (entre los omoplatos):
- Se nota la espalda más pesada de lo normal.
- Limitación de movimientos.
- Dolor en la zona lumbar tras mantener una postura por largo periodos de tiempo.
- Espasmos en la espalda de manera inesperada.
- Dolor que aumenta con el paso de las horas.
- Dificultad al respirar.
El tratamiento de la dorsalgia varía en función de cada persona, en el origen del dolor, etc., y las técnicas a realizar para tratarla son:
- Realización de ejercicios y estiramientos. Ayudan mantener la espalda saludable y a prevenir recaídas y a relajar los músculos.
- Utilización de plantillas ortopédicas para disminuir el dolor en las extremidades inferiores.
- La psicología. Un experto en la materia puede ayudar a manejar las situaciones de estrés, ansiedad, depresión,… para que no afecten a la espalda.
- La osteopatía puede ayudar a corregir afecciones articulares y a encontrar el nivel adecuado de tejido muscular en el cuerpo.
- La Fisioterapia: el tratamiento instrumental, el masaje, las manipulaciones, los estiramientos,…
Para evitar padecer dorsalgia debemos incluir en nuestros hábitos diarios una adecuada “higiene postural”, que también nos ayudará a prevenir deformidades de la columna.